El miércoles 31 de agosto hubo en el auditorio del TEC una conferencia más. Una conferencia en la que muchos alumnos pensaron sería la típica conferencia tediosa y aburrida, solo una obligación más. Pero esta conferencia “como cualquier otra” fue, en realidad, todo lo contrario. La conferencia fue impartida por el Dr. José María Giles y fue todo menos ordinaria.
El Dr. Giles, respetada figura en los medios de comunicación y la psicología, impartió una conferencia muy poco ortodoxa para poder mostrar las singularidades de un proceso que a diario vivimos y sin embargo no notamos, posiblemente por su misma cotidianidad. El poder definir y encontrar cuales son los factores que alteran la comunicación evitando así que el mensaje llegue en su totalidad.
La comunicación la definió en dos ramas principales, la comunicación personal y la comunicación externa. Estos son los factores de la comunicación efectiva debido a que para poder emitir un mensaje efectivo hacia el exterior, este debe aceptarse desde el interior.
La comunicación interior se inicia por la apreciación propia, es decir tener una autoestima en la que uno se acepta y valora por lo que es. Al saber uno cuanto es y porque es una persona valiosa, se debe definir lo que uno disfruta y sabe hacer. Sabiendo esto, uno podrá especializarse más fácilmente y por tanto expresarse y defender sus ideas de una manera más eficaz.
Pero para poder definir nuestra autoestima debemos hacer una autocrítica sin caer en el punto de ver solo el lado negativo de nosotros. Generalmente la gente es muy rápida para reconocer fallas y muy lenta para poder definir virtudes, cuando esto debería ser al revés. Es más fácil oír una voz que te diga “a que feo, pendejo o inútil soy” en vez de “que guapo, que inteligente o que buena persona soy”. Esto es causado por el “Terrorista Interno” de cada persona. Este término hace referencia a la mentalidad interna que limita nuestro actuar. Si somos conscientes de nuestras habilidades y aptitudes, ¿Por qué limitarnos tanto?
Todos tenemos fallas y limites, pero en el ejercicio de la autocrítica uno debe saber definir los límites propios sin que los límites ajenos nos alteren. Uno no tiene las mismas capacidades que su vecino y viceversa. Cada quien puede y hace conforme a sus habilidades y aptitudes. No por que otros no puedan, significa que uno tampoco pueda.
Podemos entonces decir que la comunicación interna es la aceptación y valoración propia es el primer paso a una comunicación eficaz. Nuestro estado emocional y autoestima determinan y afectaran nuestra forma de comunicación para con otros.
En cuanto a los factores que afectan la comunicación externa se puede definir por dos grandes puntos. El hecho de que al comunicarnos pensamos que la realidad propia se tiene en una percepción global y que erróneamente creemos poder interpretar la mentalidad de otros.
Cada persona tiene y define al mundo según la realidad que cada uno vive. No son las mismas situaciones para todas las personas, puesto que cada uno tiene una percepción e interpretación diferente. Sin embargo siempre al momento de comunicarnos caemos en el error de que todo el mundo está en “sintonía” con nosotros. Yo pudiera tener una cara de tristeza pero otros podrían interpretarlo como una cara de enojo, fastidio, mal estar estomacal, etc. Esto porque lo perciben de manera distinta. Entonces uno como emisor del mensaje debe poder expresar correcta sus ideas y sentimientos con respecto de las mismas.
El otro error en el que caemos durante la comunicación reside en esta misma idea de una percepción global de la realidad. Dado que no tenemos poderes telepáticos debemos buscar una forma de poder comunicarnos de forma más sencilla. Esto se logra mediante en un lenguaje común, que a ambas partes les sea adecuada. Este caso en específico se mostró en toda la conferencia. En vez de ser una típica exposición con términos científicos exactos, el Dr. Giles se pasó literalmente “mentando madre”, maldiciendo y “echándose toda la procesión celestial”. El Dr. utilizó este lenguaje debido a su público fuimos jóvenes no mayores a los 21 años. “Si yo hubiera llegado diciendo puro aspecto científico ustedes hubieran dicho ¡que hueva!” dijo el Dr.
El Dr. Giles mostro que para poder tener una comunicación eficaz debemos buscar el enfoque que la persona tiene, el tipo de léxico o la forma de cómo expresarnos. Tomar en cuenta a la otra persona para saber qué tipo de comunicación prefiere. Entre mayor conocimiento de la persona mejor deberá ser nuestra comunicación.
Cosas tan básicas y tan sencillas que si nos ponemos a analizar todos podríamos inferir y que sin embargo, por ser tan obvias, las dejamos de lado causando así unos defectos en nuestra interacción externa que poco a poco van reduciendo la calidad de nuestra comunicación y el mensaje final no es el que realmente desearíamos transmitir.